¡Cómo espere aquel momento, cómo caminé sin rumbo por las calles para que el tiempo
pasara más rápido! ¡Qué ternura sentía en mi alma , qué hermoso me parecía el
mundo , la tarde del verano , los chicos que jugaban en la vereda! Pienso ahora
hasta qué punto el amor enceguece y qué mágico poder de tranformación tiene
¡La hermosura del mundo ! ! Si es para morirse de risa !.....
Ernesto Sabato
domingo, 14 de marzo de 2010
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